Sabemos que es realmente difícil completar el Camino de Santiago con una ampolla molestando en alguno de tus pies. Aunque estas lesiones parecen diminutas e inofensivas, son realmente dolorosas y pueden convertirse en un problema mayor durante tu peregrinación. Por eso, es necesario que antes de emprender la travesía tomes medidas preventivas para evitar las ampollas a lo largo del Camino.

A continuación, te presentamos 4 consejos para tener un peregrinaje cómodo y sin ampollas:

Elige el calzado adecuado

La mayoría de las ampollas aparecen por la fricción de la bota contra tu piel y las altas temperaturas que se cuecen dentro. Por eso, la acción más importante para evitar las ampollas es elegir un calzado que asegure la protección de tus pies en los distintos terrenos y distancias del Camino.

Lo recomendable es que lleves contigo tres tipos de calzado. Botas de senderismo, zapatillas deportivas y sandalias descubiertas. Puedes alternar su uso en cada tramo para ayudar a tu piel a respirar correctamente y a evitar el roce continúo de un mismo calzado.

Asegúrate de que las botas sujeten correctamente tus pies, no sean demasiado grandes y ofrezcan impermeabilidad. Por otro lado, las zapatillas deben estar hechas de materiales transpirables y tengan un interior suave, mientras que las sandalias requieren de flexibilidad y sujeción a los bordes de tus pies.

Recuerda utilizar tu calzado durante un par de semanas antes de comenzar la peregrinación. Así se adaptará mejor al camino.

No te olvides de seleccionar los calcetines

Utiliza calcetines de materiales absorbentes y lo suficientemente altos como para protegerte contra cualquier rozadura del calzado. Procura elegir la talla adecuada, pues las arrugas y los movimientos de la tela pueden causar ampollas.

Ten en cuenta que el calcetín perfecto ejerce un poco de presión en tus talones y la parte baja del pie, solo así puede prevenir lesiones cutáneas durante el recorrido.

 

¡Descansa!

Entendemos que el Camino de Santiago te llena de emoción y que estás enfocado en llegar al tramo final. Pero hacer paradas para descansar, dormir y liberar tus pies del encierro te ayudará enormemente a evitar las ampollas y otro tipo de problemas físicos. Aprovecha estos momentos para bañar los pies con agua tibia, pasear descalzo en superficies lisas e hidratar con crema.

Vaselina y talco

Conocemos a muchos senderistas que recurren a este truco y obtienen muy buenos resultados. Consiste en aplicar vaselina en los bordes del calzado que rozan con la piel y esparcir una buena cantidad de talco en su interior. Esto contribuye a evitar las ampollas pues elimina la fricción y el exceso de humedad.

Cuatro sencillas formas que no te tomarán nada tempo, no te distraerán en tu viaje pero si te ayudarán a evitar un molesto problema que puede entorpecer tu travesía.

Esperamos que os sea de utilidad.

¡¡Buen viaje!!

Fuente: Milpés Albergue

 

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